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miércoles, 20 de noviembre de 2013

Los valores de su familia

Comenzó hace 43 años y, con el tiempo, aquel proyecto de dos se transformó en una familia que hoy es multitud. “No teníamos muy clara cuál iba a ser la meta, pero fuimos haciendo camino al andar y hoy estamos orgullosos de la familia que se ha formado”. ¡Y qué familia! Nada menos que la de Carlos Contepomi y María Elena Ferrante.

Sin embargo, este médico traumatólogo padre de ocho hijos insiste en que él no fue el protagonista de esta historia. “He tenido mucha suerte y la suerte, para mí, se llama María Elena, mi mujer”, dice, convencido de que allí está la base de la familia. De ella aprendió “a querer lo que hace y a conformarse con lo que tiene”, asegura. “Cosas que nos ayudaron a ser un poquito mejor y, que, transmitidas a nuestros hijos con una acción diaria, dan por resultado la educación”.
Con una gran familia que lo colma de orgullo cuando alguien le pregunta “cómo llegaron a tener ocho hijos”, responde: “Después del tercero, es todo muy parecido. El hermano mayor es como un guía para el menor”. La experiencia le demostró que no sólo los padres son formadores. “Estoy seguro de que hay valores que se transmiten de un hermano al otro. Incluso hay una cantidad de reglas que los hermanos esperan que el resto cumpla; eso facilita mucho el respeto de los valores dentro de una familia numerosa”, algo que, según él, también se repite en la sociedad en general. “No basta con poner un policía en cada esquina. Todos deben colaborar para que las reglas se respeten”.
  Codo a codo
Cada vez que juegan los Pumas, uno imagina a los Contepomi sentados en el living de casa festejando con euforia cada try y aplaudiendo cada jugada de Manuel y Felipe (28). “Cuando veo jugar a los mellizos en tan alto nivel, me recuerda cuando tenían 7 años, jugaban con sus hermanos y competían como si estuvieran en la final de la Copa Mundial”, cuenta Contepomi.
  – ¿Tanta competencia se dio también entre los hermanos?
Yo diría que sí, todos los días. Es bueno que haya una competencia diaria, porque en la vida se compite todo el tiempo. Lo importante es hacerlo sanamente; aprender a perder sabiendo reconocer la superioridad del otro y a ganar sin ser soberbio con los demás.
  – ¿Funcionó el deporte como una buena estimulación?
El deporte es un complemento y en donde mejor se aprende a competir. Nosotros lo estimulamos como ejercicio desde el punto de vista físico y para compartir cosas con los amigos. Los deportes grupales son fantásticos, pues enseñan a compartir, mientras que los deportes individuales educan para competir.
Pero todos sus hijos, además del deporte, pudieron completar sus estudios. Silvana (41) es terapeuta física; Juampi (40), sacerdote; Pancho (38), licenciado en administración; Bebe (35), periodista; Lía (33) es profesora de sordos; Manuel (28), licenciado en Comercialización; Felipe (28), proyecto de médico y María Elena (22) estudia Hotelería.
Si hay algo que Contepomi admira de todos sus hijos por igual es el respeto que supieron tenerse, un valor fundamental que intentaron inculcarles y que se vio también en el respeto mutuo que se tuvieron con su esposa. “Además, todos han hecho un muy buen uso de sus libertades y supieron desarrollarse al máximo en lo que les gustaba”. Cuando a cada uno le llegó el momento de elegir lo que querían hacer de su vida, Carlos y María Elena intentaron que optaran por lo que honestamente les gustaba.
Juntos entendieron, que toda persona puede desarrollar tres vocaciones: la personal –ser mejor persona–, la familiar –crecer en familia– o la vocación religiosa –dedicar su vida a Dios–. “¿Si los quisimos influir en las vocaciones? Por supuesto que quisimos. Pero sin confundir la vocación con una profesión. Mi mujer, un fenómeno en formar gente, les inculcó a mis hijos estas tres vocaciones. Hoy, con satisfacción, veo que lo tomaron todos muy bien”.
  Creció la familia
Durante estos años, también hubo crisis que dieron a la familia la oportunidad de mostrar su solidaridad. Tras la muerte de un matrimonio amigo, la familia Contepomi decidió apoyar a sus cuatro hijos que terminaron integrándose a la vida familiar: Mechi (30), Santiago (28), Francisco (26) y Joaquín (23) Villegas. “La solidaridad de mi mujer y mis hijos fue fantástica. Surgió con absoluta naturalidad un gran espíritu de apoyo hacia una familia que necesitaba ayuda en ese momento”, algo que hoy llena de orgullo a todos.
  Enseñar a educar
Con el tiempo, Carlos y su mujer descubrieron que, sin saberlo, habían seguido valores mucho más antiguos que su propia familia. “Un día nos dimos cuenta de que habíamos seguido principios aristotélicos esenciales en la maduración de una persona, las virtudes cardinales: justicia, fortaleza, templanza y prudencia. Día a día, fuimos tratando de que nuestros hijos entiendan estas virtudes, aunque nunca de manera premeditada”. Esas normas hicieron que cada uno diera rienda suelta a sus talentos y capacidades, pero en con la base de que dichos valores fueran respetados por todos.
  ¿Transmiten su experiencia a otras familias?
Creo que las cosas podrían ir mejor si se educara a los padres sobre cómo educar a sus hijos. Los valores familiares son universales y están presentes en todas las religiones. Los padres deben tomar conciencia de que la educación de los hijos pasa más por casa que por las escuelas y que, a veces, todo lo que los hijos piden es que les dediquemos tiempo, pero el tiempo que ellos necesitan a veces no es el mismo tiempo que nosotros podemos dar.
“Seguro que hay que hacer sacrificios para estar con ellos”, advierte. Pero los momentos compartidos sin duda valen la pena. A medida que las distancias se hacen más grandes y estar juntos se hace más difícil, el desafío pasa por encontrar el momento para reunirse, y el teléfono es un buen recurso para aquellos que están lejos. De esta manera, “cada día es distinto y en alguna forma perfecto”, concluye Contepomi. Por último agrega: “Hemos superado malos momentos, pero siempre alguien muestra una luz de esperanza y convoca a toda la familia a ir hacia delante”.

martes, 19 de noviembre de 2013

Su despedida de Los Pumas

Felipe Contepomi, ante un récord que suena a despedida: “Hoy por hoy es mi último partido”El sábado contra Australia se convertirá en el jugador con más presencias (87) en el seleccionado. Y dejó entrever que se retirará tras 15 años: “No me planteo jugar el año que viene"

Felipe Contepomi es sinónimo de Los Pumas. Este sábado, en el último partido del Rugby Championship contra Australia, se convertirá en el jugador con más presencias de la historia del seleccionado, con 87 tests matches. Y en Rosario podría salir a la cancha por última vez con la camiseta argentina: “Hoy por hoy es mi último partido”, afirmó el hombre de Newman.


"No soy futurólogo, pero hoy digo que es el último”, agregó, dejando entrever que se retirará tras 15 años como Puma. “En noviembre seguro que no voy a ir y hoy no me planteo jugar el año que viene. Sé que voy a jugar con Newman la próxima semana pero más allá de eso no sé”, expresó en ESPN Radio.

Pese a la tristeza que puede significar una despedida, Contepomi aclaró que vive “con una alegría enorme” esta semana. “De Los Pumas no me voy a retirar nunca. El rugby fue mi estilo de vida”, cerró el hombre que debutó el 10 de octubre de 1998 en Chile y un mes después, ante Francia, jugó su primer test match.

Con 36 años, la vida lo llevó a ser un profesional destacado del rugby, a jugar en el club inglés Leinster RC y en los franceses Bristol, Toulon y Stade Francais. De vuelta en Newman, el sábado dirá adiós a Los Pumas, donde jugó cuatro mundiales. Entre ellos el histórico Francia 2007, donde la Argentina se subió al podio por primera vez, en un tercer puesto que sigue siendo la mejor actuación de su historia.http://m.youtube.com/watch?v=zRaWx5ci5nM

Algunos de sus tries

http://m.youtube.com/watch?v=18AgYtx1Klo UN ÍDOLO

Stade Fracais

Luego de diez años actuando en diferentes entidades europeas, el argentino Felipe Contepomi disputó su último encuentro como profesional para Stade Francais, que cayó ampliamente ante Biarritz, por 52-17, en partido de la última fecha de la etapa regular del Top 14 de la primera división del rugby de Francia. El apertura arrancó como titular y sufrió una ligera entorsis de uno de sus tobillos, al cierre de la primera etapa, situación que obligó a su reemplazo. Contepomi, de 35 años, retornará a la Argentina para finalizar su carrera universitaria y recibirse de médico, además de sumarse al club donde compitió en las inferiores: Newman. En Biarritz se alistó desde el arranque el full back Marcelo Bosch, mientras que para los parisinos jugó el pateador rosarino Martín Rodríguez Gurruchaga. En tanto, Racing Metro, con el concurso de Juan Martín Hernández como full back, venció ajustadamente a Castres, por 29-28. Además, Montpellier, con dos tries, seis conversiones y un penal del cordobés Martín Bustos Moyano (25 puntos), le ganó a Perpignan, por 50-22. Otros resultados: Toulon 43-Agen 21; Clermont 67-Unión Bordeaux 3; Mont de Marsan 33-Bayonne 36; Toulouse 57-Grenoble 7. Posiciones finales: Clermont 91 puntos; Toulon 90; Toulouse 79; Castres 74; Montpellier y Racing Metro 73. Con estos resultados, el viernes 10 jugarán Toulouse y Racing Metro en uno de los play offs de repechaje, mientras que el otro lo animarán el sábado 11 Castres ante el Montpellier

Para mantener su cuerpo y estado

http://m.youtube.com/watch?v=1LVu9UVnUM8. http://m.youtube.com/watch?v=wVuh2MqgVYc

Newman, después de 13 años

 
No fue lo que imaginó. Lo que debería haber sido un día de fiesta, se convirtió en una vuelta llena de reproches. Iban 18 minutos del segundo tiempo cuando Felipe Contepomi, el jugador récord de los Pumas, volvía a pisar una cancha de rugby con la camiseta de Newman tras 13 años de ausencia. La presencia del centro despertó el entusiasmo en las tribunas; los fanáticos de Benavídez explotaron cuando Contepomi se alistaba para entrar al partido por Santiago Piccaluga. Lo que jamás pensó Felipe era que su vuelta al rugby bonaerense iba a estar envuelta en la polémica.
"La mala intención en el profesionalismo no tiene lugar, y acá sí hubo. Me encontré con mucha mala intención. Hace falta educación, que no se pierdan los valores", dijo Contepomi, máximo anotador de los Pumas con 651 puntos.
¿A qué se refería el back de Newman? En la primera jugada en la que participó se notó la mala intención de los rivales a la hora de tacklearlo o intentar golpearlo un poco más de lo permitido; el primer hecho lamentable de la jornada fue el golpe de puño que le aplicó Tomas Arizaga tres minutos después de haber ingresado. "Si soy árbitro y me dicen que pegó una trompada intencional, es roja. El reglamento dice roja, no amarilla. Si querés educar tenés que expulsar; te aseguro que no vuelve a pegar", relató el mellizo, que volvió a vestir la camiseta del club de sus amores después de 4781 días; su último partido había sido en septiembre de 2000.
Pero no se agotó ahí. Los malos momentos continuaron para el centro: después de la tarjeta amarilla para el tercera línea, Contepomi tuvo un cruce con el wing Matías Masera. "Me ninguneó y me apalabró durante todo el partido; es un encuentro que ven muchos chicos y que ocurra esto no es bueno", aseguró.
Al finalizar el partido sufrió la agresión de chicos de las divisiones infantiles de Belgrano, que lo insultaron cuando entraba al vestuario. Fue justamente en ese lugar donde mantuvo un intercambio de palabras con el presidente de la URBA, Luis Gradin; los hermanos Felipe y Manuel Contepomi le recriminaron el proceder de los jugadores de su club de origen. "Hay que trabajar mucho en los valores. En los colegios y en los clubes para que no se pierdan. Lucho [por Gradin] hace lo que puede; hay un spot [http://www.youtube.com/watch?v=SbUVNSau_ng] en donde se habla del respeto, pero no sólo depende del presidente de la Unión, sino de todos los que rodean este deporte", sostuvo Felipe. Antes de retirarse, el ex Puma dejó en claro que su vuelta puede durar muy poco: "No estoy arrepentido de haber vuelto, pero tendré que meditar mucho si juego el año que viene; ganas y físico me sobran, pero ya estoy grande para que el cuerpo soporte maltrato".
El domingo, frente a CUBA, Contepomi tendrá una nueva oportunidad para sacarse el sabor amargo que le tocó vivir en su vuelta.ß.

Su vida en el colegio

El siempre fue tranquilo, no se llevaba materias ni era de los mejores. Estudiaba lo necesario y hacía un montón de deportes. Eso es algo que los chicos tienen que aprovechar( sus opinión)hacer deporte en el colegio es muy sano y divertido. Allí el descubrió su pasión por el Rugby, además de descubrir su pasión se dio cuenta de todo lo que abarca el rugby, unidad, respeto, humildad, solidaridad, compañerismo etc..